miércoles, marzo 30, 2011

'Dirty dancing', de Emile Ardolino

Una amiga, cuya identidad no revelaré, una vez fue de vacaciones a Brasil y conoció al chico más lindo. Se lo levantó, se lo pistoleó todo lo que pudo y se enteró que él, en realidad, era medio gato y que durante el día, y también casi todas las noches, debía acompañar a una vieja. Cuando podía, el minino, sigiloso, se las ingeniaba para escaparse y darle murra a mi amiga, que todavía no puede creer el regalo que le hizo la naturaleza

Hoy me acordé de esa historia mientras veía 'Dirty dancing' por primera vez (no creo que haya una segunda). Sólo una tarde de lluvia y fresquita en Alemania logró que viera semejante clásico. Metí la mano en Cuevana y salió esta peli, a la que me entregué munido de galletitas de chocolate. La historia es atrapante, ya verán los que no la conocen: la joven Baby viene de una familia muy conservadora, es medio timidona y mantiene un vínculo algo sospechoso con su papá: se prometen decirse siempre la verdad, se ayudan, son mejores amigos

Durante unas vacaciones en un lugar tipo Club Med, pero sin playa, Baby conoce a Johnny, un profesor de baile muy chongo, que se levanta a todas las minsa que quiere y los ricachones le pagan para que atienda a sus mujeres. Un gato como el que cazó mi amiga en Brasil. Baby se prende fuego cada vez que se lo cruza y se mata a pajas pensando en él, aunque la peli no insinúa esto último, que me lo inventé yo, pero es obvio que le dedicó unas cuantas, mientras su hermana dormía en el mismo cuarto y soñaba con papá

Caliente como estaba, Baby se decide a buscar a Johnny por todo el complejo, hasta que descubre que los empleados del hotel viven en otro edificio, al que ella tiene prohibida la entrada, en el que bailan una danza en la que se apoyan todo el tiempo. Con unas canciones ochentosísimas de fondo, los empleados se frotan sin parar y de un modo muy gracioso. Baby descubre el pecado y se entrega a los brazos de Johnny, que al principio se hace el difícil, ni siquiera le toca una teta cuando bailan en el agua y ella tiene una musculosa sin corpiño, pero después entiende que Babylo quiere bien y que está ante una oportunidad única de ascender socialmente

Intenté poner un video para ilustrar el post, pero cuatro videos distintos me dijeron que estaban desactivados y no tuve más paciencia.'Dirty dancing' me hizo reír mucho y me memoricé unos cuantos pasitos para hacer en cuanto pueda

martes, marzo 29, 2011

'El escritor comido', de Sergio Bizzio

El primer capítulo me gustó mucho. Empecé el segundo como quien aborda una porción de algo a lo que le tiene ganas pero, sin aviso previo, el capítulo entero estuvo dedicado a otra historia. Hasta su última línea, donde retomó con la anterior, la del escritor más exitoso de Brasil, súper vendedor, millonario, que aprovechaba haber sobrevivido a un accidente de avión para hacerse pasar por muerto y ver qué decían los medios y los colegas de él

A medida que fueron pasando las páginas, la historia se fue yendo más a la mierda, hasta llegar a los adolescentes que fumaban hash en el último capítulo. En casi todo momento encontré frases ingeniosas, personajes que me cayeron bien o algún recurso que me gustó. Me atrajo su mirada ácida del mundo de la literatura y me gustó su sentido del humor, aunque el devenir del protagonista me fue interesando cada vez menos. Me hizo compañía durante unos días y me distrajo buena parte de un viaje en tren

miércoles, marzo 16, 2011

Nuevo blog!

Pueden leer nuestras aventuras europeas en nuestro nuevo blog: Zurük in die Zukunft

Negocios para gordos (versión alemana)

En Mannheim me crucé con Rubens y me acordé de esta vieja sección, desde la que intenté mostrar cierta discriminación que veo en estos negocios. ¿Por qué siempre quieren mostrar a la gordura como algo simpaticón e intentan quitarle angustia con imágenes divertidas o bonachonas? En Rubens siguen un poco esa línea


La vidriera estaba decorada con muñequitos de gordis tomando sol

Qué blusa, mami, eh

lunes, marzo 07, 2011

Aviso

Ahora que está cerca la partida, les aviso que me convertiré en un tilingo en cuanto pise suelo europeo. Recordaré con horror el ruido de la calle Sarmiento y se me cerrarán los pulmones al evocar el smog porteño. Cuando monte mi bicicleta por los caminos alemanes me reiré de la ciclovía de Mauricio y el Parque Centenario parecerá un baldío al lado de los parques en los que haré pic nics. Voy a extrañar la carne, la pizza y el helado. Pero todas las birras que pienso tomar harán que el fernet se extrañe menos. Voy a adorar su limpieza, orden y puntualidad. No me pienso escandalizar si un nuevo amigo en lugar de invitarme a tomar mate me da cita para la semana siguiente. Volveré diciendo que 'lo que acá nos falta es...' o bien 'si hay algo que no extrañé fue...'. Y ojalá se me pegue un poco de tonada o algunas palabras en otro idioma

domingo, marzo 06, 2011

Te digo y te repito

Hace unas semanas les decía que volví de mi luna de miel más fana que nunca de Brasil. Hoy les traigo un nuevo ejemplo para que me entiendan por qué insisto en que tenemos mucho que aprender de ellos. Mientras acá nos conformamos con Grupo Play, allá tienen a Joao Bosco & Vinícius, que también son unos grasas, pero no me digan que prefieren a esos durangas con anteojos negros y que tienen menos swing que Sabina. Miren, sino:

Grupo Play:


Joao Bosco & Vinícius:


¡Es lo mismo pero más barato!

martes, marzo 01, 2011

Se acomodó la brújula

En marzo del año pasado se me rompió la brújula. Me echaron de un laburo que tenía hacía más de cuatro años y que estructuraba mi economía que, como la de casi todo freelancer, era bastante ciclotímica. Pasé unos meses perdido, sin tener demasiado claro qué quería hacer. ¿Armo una productora de contenidos y me pongo a agarrar cualquier laburo que salga? ¿Abro una agencia que se dedique al marketing 2.0 de bandas de rock? La cuestión económica se fue acomodando, gracias a un laburo nuevo, y también gracias a mi abogado, y me inventé la posibilidad de apostar por proyectos propios. Cuando me estaba acomodando a ese nuevo escenario, apareció la oportunidad de instalarnos en Alemania por dos años. De nuevo la brújula se me rompió en la mano. ¿Y ahora? ¿Qué hago en Alemania? Una vez que pasó el susto inicial, me imaginé con tiempo para escribir lo que quisiera. ¿Pero de qué podría escribir? Me puse a pensar en eso y esta vez tuve ideas mucho más terrenales que abrir una agencia que se dedicara al marketing 2.0 de bandas de rock. Empecé a trabajar en dos proyectos que fueron tomando forma, crecieron y se fueron convirtiendo en realidad. Ya está confirmado que voy a escribir uno de esos libros desde allá y al otro le tengo tanta fe que estoy seguro que saldrá para más adelante

Al principio, me incomodaba cuando me preguntaban '¿y vos qué vas a hacer allá?'. Ahora digo 'voy a escribir un libro' y me siento Gardëlën