jueves, junio 15, 2006

La plata va y viene

A todos nos pasa, por más de que muchos nos creamos buenos administradores de la guita. Llega el 24 de cada mes y no sabemos porqué tenemos tan poca plata. Para develar cómo la guita se nos va de las manos (y siempre de la misma manera) vamos a tomar como el comienzo del mes el día que cobramos, no contamos desde el 1. Gracias a esta revelación encontraremos la respuesta a la eterna frase: 'no sé en qué se me fue la guita este mes'

1º semana (también conocida como Semana Lujuriosa): el ciclo empieza precisamente cuando cobrás. La primera sensación es de alivio, que luego le da paso a la lujuria. El mismo día en que te depositan la guita (o bien, que cobrás en mano), vas al negocio que tanto relojeaste durante la 4º semana del mes anterior, la llamada Semana de la Angustia

Te das el gusto. 'Para algo hice horas extras' o 'para esto trabajé con esta gente de mierda', son tus pensamientos mientras te dan las bolsas. Al día siguiente te comprás algo más, para que haga juego o porque cambió la temperatura (toda excusa es buena). Luego aparece, inevitablemente, la culpa. Y qué mejor manera de evitarla que haciendo un regalo. Gastás mucho menos de lo que gastaste para vos, pero le comprás un regalo a alguien querido

También pagás las primeras cuentas que llegaron y, de reojo, empezás a ver algo más para comprar (unos zapatitos que hagan juego con el vestido, algo para la compu, un libro que no merece ser fotocopiado). Luego de comer afuera durante el fin de semana y de viajar en taxi sin el menor prurito, arranca la 2º semana, conocida como la Semana Resaca

2º semana (Semana Resaca): volvés a darte un gusto, pero esta vez lo hacés luego de dudar mucho. Ahora aceptás los 3 pagos que te ofrecen con la tarjeta de débito y también recordás que el próximo mes tendrás un casamiento y que sería conveniente no gastarte todo. Pues bien, toda precaución se termina velozmente en cuanto el vendedor te insiste un poquito

Además, pagás la cuota de la actividad que hacés para intentar evadir tu realidad y sentirte un poco más realizado (clases de idiomas, algún instrumento, yoga, natación, gimnasio, pintura, danza, tiro al bonete, lo que sea). El fin de semana intentás hacer un pacto con vos mismo: a la ida vas en colectivo, pero volvés en taxi. Un amigo te propone compartir el taxi a la ida y aceptás, aunque por dentro tengas un coro de voces gritándote que no lo hagas

El domingo te da fiaca cocinar y te pedís una pizza y, ya que estás, una cervecita. No son grandes gastos, pero algo empieza a hacerte sentir incómodo. Con más de la mitad del sueldo gastado, le das la bienvenida a la 3º semana, reconocida por todos como la Semana Meseta

3º Semana (Meset week): si el vino antes era San Telmo, ahora es Tocornal. Si el aperitivo era Campari, ahora le damos la bienvenida al Cynar. Si pensábamos comprarnos un disco, ahora le preguntamos a un amigo si nos lo puede bajar. También empieza la lista de cosas que queremos comprarnos durante la Semana Lujuria, pero del próximo mes. Cuando pasamos por un negocio de ropa que nos gusta, hacemos como que no nos importa, pero por dentro pensamos 'decí que hoy es 20. Ya volveré el mes que viene'

Si tenemos alguna cita, preferimos ir a tomar algo en lugar de cenar. Si hay una fiesta o una reunión de amigos, llevamos un vino que quizás nos avergüenza un poco e intentamos que se pierda entre el resto de las botellas. El domingo nos encuentra en pleno Domingazo y con la calculadora en la mano. Es que, sin saberlo, ya empezó la Semana de la Angustia

4º semana (Semana de la Angustia): ahora sí que estamos jodidos. Nos quedan 80 mangos y todavía falta pagar el gas, que encima es más que el mes pasado por el uso de la estufa durante el invierno. Lunes y martes vamos y venimos del trabajo sin detenernos en ningún lado y evitando toda tentación. El miércoles a la noche visitamos a nuestros viejos y así zafamos una comida

Todos los almuerzos en el trabajo son yogures o compartidos con alguno que esté a dieta. Para el fin de semana planeamos menos que lo habitual, pero siempre podemos juntarnos con amigos y que el dueño de casa cocine algo. Te fijás en el calendario y sentís que falta poco para volver a cobrar. Te puteás a vos mismo por no haber ahorrado y, repetidamente, te preguntás en qué se te fue la guita

Nota: la de la foto es Mariana Nannis, pero no sé si se la distingue bien

1 comentario:

Lake dijo...

Glorioso este post. Abrazo!