lunes, febrero 23, 2009

De remate

Cada habitante de San Andrés de Giles debe tener una anécdota en el remate de su pueblo. Funciona todos los domingos y hay una cantidad enorme de lotes cada semana. Yo fui ayer y me quedé sorprendido con toda la movida: el lugar se llena de gente y el rematador, que se llama Burgos, va cebando a su audiencia ante cada objeto que se remata. 'Arranco en 10 y vendo', dice antes de que empiece el remate. En general, son cosas relacionadas al campo: elementos para laburar (pala, rastrillo), muebles para reciclar, ruedas, mangueras, estantes. Cuando veía a quienes ofertaban por los lotes me preguntaba en qué medida necesitaban lo que compraban y también me los imaginaba arreglando lo que acababan de comprar. Cuando algún lote no funcionaba correspondientemente, Burgos avisaba o comentaba qué arreglo se le podía hacer. Los hombres tenían porte de campo (jeans, chombas, pulovers sobre los hombres) y mucha pinta de asadores. Mujeres había pocas y casi siempre hacían las veces de acompañantes

Contra lo que pensaba, la gente era muy medida a la hora de ofertar y también de festejar, si ganaba el remate. Para entrar en el remate había que levantar un dedo índice y esperar a que alguien retrucara la oferta. El rematador les va preguntando a los contrincantes qué precio están dispuestos a pagar. Ellos se limitan a mirar al piso y a decir que sí con la cabeza, hasta que dicen que no y gana el otro. Burgos conoce a todos los gilenses y nombra al ganador de cada objeto que remata

El pico de emoción de ayer fue cuando La Flaca, la novia de mi amigo Edu y gilense de nacimiento, participó del remate por un mueble y lo ganó con mucha elegancia. Con levantar el precio un par de veces le alcanzó para ganar. Pese a que el manual de etiqueta del lugar indica lo contrario, entre todos abrazamos a La Flaca y Edu y festejamos al mejor estilo porteño

No hay comentarios.: